miércoles, 12 de septiembre de 2007

Hello!



Hola a todos!! Ya estamos de vuelta de nuestro precioso viaje por La Sicilia, como todo lo bueno, nos ha sabido a poco, y nos hemos traído muchas ganas de volver. Por de pronto, mientras intento poner un poco de paz entre las ochocientas mil fotos que hemos hecho aquí os dejo un par de curiosidades. Besitos a todos y ¡Saludos a los Blogueros!

De nuestro viaje a Sicilia, hay dos cosas que me han llamado especialmente la atención. La primera, la extraña relación que tienen los sicilianos con el Etna, el volcán que domina la isla.

Entramos en Sicilia por el aeropuerto de Catania, junto con Palermo justo al otro extremo, las dos ciudades más importantes centros neurológicos de aeropuertos y carreteras principales. Catania, esta situada sobre la falda del Etna que observa majestuoso el pulso de una ciudad que muy lejos de temer a un volcán activo y vivo, que bulle y respira fumarolas de humo sobre sus habitantes, lo respetan, conviven con él en perfecta armonía y lo muestran al turista con orgullo y admiración.

El día que aterrizamos, una lengua de lava bajaba por una de las caras del volcán mostrándonos una flipante y maravillosa imagen desde toda la ciudad Unos días antes, cuando se produjo la erupción de la que ahora sólo veíamos los restos, las noticias en Madrid nos informaban sobre una pequeña erupción del Etna, que se había dirigido a una zona no habitada de la isla dejando así a todo el mundo fuera de peligro, horas más tarde, una nube de cenizas bañó la ciudad de Catania obligando a sus habitantes a andar por ella cubiertos por paraguas y obligando incluso a cerrar durante unas horas el aeropuerto de Catania. Algo inquietos (Para que engañarnos...) preguntamos en el hotel por la actividad del volcán, a lo que sorprendidos, nos dimos cuenta de que muy lejos de mostrar temor, nos respondían encantados por el preciosos espectáculo que el Etna estaba dejándonos ver, lo señalaban, buscaban algún rincón al que invitarnos a asomarnos para admirarlo y nos repetían una y otra vez, lo afortunados que éramos de haber coincidido con la erupción. (Ole con el humorcito siciliano...)

La segunda, su forma de conducir. Todo lo que hayas aprendido antes, olvídalo, porque allí no existen normas. Pasos de peatones, preferencias, semáforos o cualquier señal de tráfico, son sólo decorativas. Los sicilianos, tienen su propio código de circulación que hace que motoristas, conductores y peatones convivan en el más absoluto kaos, haciéndose unos a otros toda clase de pirulas y cometiendo todo tipo de infracciones sin que por ello nadie se altere, nadie grite, se insulte, pite o muestre el mayor disgusto. (Vamos, que igualito que en Madrid...) Es como una especie de solidaridad entre conductores, cuanto mayor sea tu paciencia a la hora de encajar ese trafico de locura, mayor es tu derecho a ser el primero en saltarte las normas. Así, que si algún día te mueves en coche por La Sicilia, un buen consejo sería, cárgate de paciencia y ¡Espabila!

Huyendo del centro de las ciudades, comenzamos nuestras andazas por las provincias del Sur de una preciosa y fértil isla llena de campos cultivados, grandes plantaciones de cítricos, olivos y cereales, maravillosos paisajes con el mar de fondo. Gente amable y hospitalaria con grandes tradiciones que hacen que siempre, en algún pueblo haya algo que celebrar, una rica y variada gastronomía (La bici del gym, hace coro con el señor Pilates para darme la bienvenida de nuevo la semana que viene, snif...) y sobre todo, un enorme y valiosísimo legado cultural dejado por el paso de todos los pueblos y civilizaciones que la han colonizado a lo largo de los siglos. Las culturas sicana, elimy y sícula, cartagineses, griegos, romanos, bárbaros, árabes, normandos y borbones dejaron a su paso monumentales templos y teatros, edificios de arquitectura barroca, castillos e iglesias medievales regados por todo lo largo y ancho de su geografía.
Aquí os dejo las ruinas de un teatro romano en Siracusa




Las alucinantes cuevas de las canteras de la Oreccio di Dioniso.


Y las ruinas de un templo griego en el Valle de los templos en Agrigento


3 comentarios:

Doncs en Quim, és Clar!! dijo...

Enhorabuena por el viaje, ya cuando estés más relajada en tu casa i le eches un vistazo al blog retrocederás a esos parajes i pensarás "no quiero, no quiero" ir a trabajar. Por cierto, ahora os tocan las vacaciones en el Alt Empordà para descansar de las vacaciones sicilianas, no??
1 beso

Arale Norimaki dijo...

bienvenida de nuevo, que envidia me das.... un beso des de l'Empordà

Anónimo dijo...

Ahhhh...La Sicilia...
Piacere di conoscerle...
Bisogno di te...
Arrivederci.