Calsot y salsa romesco

Este finde, he descubierto los calsot, una mezcla ente el puerro y la cebolla muy típica de Cataluña que está buenísima. Ya había oído hablar de ellos, pero como ninguna de mis visitas por allí arriba había coincidido en temporada de calsot, no los había probado. Así, que la montaña ha tenido que venir a Mahoma, y gracias a unos amigos que han venido desde Barcelona cargados con más de 200 Calsot, y otro amiguete que puso su casita en la sierra, el sábado nos los comimos a la brasa bien remojaditos en salsa romesco.

De los calsot, he sacado dos conclusiones. Primera, volveré a comerlos alguna vez están muy buenos!. Segunda, para comer calsot, no hay que ponerse la camisa de los domingos…

Como nos ha gustado el rollito, buscaremos algún sitio por Madrid dónde los hagan, y sin duda, la receta de la salsa romesco. Vivir en una gran ciudad tiene grandes inconvenientes como la masificación, la contaminación, el tráfico, etc Pero también grandes ventajas como el poder encontrar siempre todo lo que busques, la oferta es infinita. Así, que me quedo con vivir en las afueras como nosotros vivimos, huyendo de la locura del centro pero teniéndolo a menos de veinte minutos para disfrutar de todo lo que ofrece.

(Por cierto, estoy segura de que alguno de los lectores de este blog me puede decir ¿Cuándo empieza y termina exactamente la temporada de calsot?)