Finde sorpresa...

Hoy, es el cumpleaños de José, y para celebrarlo, la semana pasada le dije que como regalo nos íbamos los dos de finde por ahí, que no hiciera planes ni quedara con nadie, nos íbamos de finde sorpresa y ya lo celebraríamos otro día con amigos. Así que ayer sábado, sin más información, nos fuimos los dos rumbo a tierras sorianas.

Nada más lejos de lo que el esperaba, cuando llegamos a la cafetería del hotel, nos estaban esperando un grupo de amigos con los que yo había quedado a sus espaldas y con los que había urdido un finde con visita a las ruinas de la Necrópolis Celtibérica de Tiermes, cena de Plenilunio y salto de hogueras por la noche.

Después de muchas risas al ver la cara que se le quedó a nuestra "victima" viendo la que habíamos organizado a sus espaldas,

nos fuimos a hacer la cabra por los restos de lo que un día fueron una gran ciudad Celtíbera y a flipar con el precioso paisaje de otoño que se veía desde lo alto

La anécdota del finde, unos estupendos bocatas de sardinas regados con unas cuantas cañitas en el centro social del pueblo cuando ya nadie nos quería dar de comer por ser tarde.

Por la noche, nos fuimos al restaurante al pie del yacimiento en el que se celebraba la cena de Plenilunio con un menu Celta rescatado y cocinado especialmente una vez al mes en estas celebraciones para chuparte los dedos.

Después de cenar, legó la hora de saltar las hogueras para que según la tradición celta, empezáramos la nueva luna con buenos augurios y nuestros mejores deseos cumplidos, beber melikatron, y berrearle al Dios Juc para que se acordar de nosotros y nos honrara con sus cuidados en esta nueva luna....

Una pena que el salto del puma celta acabara para uno de nuestros amigos con un tobillo roto y traslado a Madrid corriendo. Esperemos que Raulito se nos recupere pronto y en nada nos riamos mucho recordando las anécdotas de la noche del Plenilunio.