Ya hemos vuelto!!

Hola a todos!! Con varias horas de retraso, llegamos ayer de Egipto agotados de 8 días de locos con una apretadísima agenda visitando templos, pirámides, tumbas y mausoleos maravillosos llenos de historias que contar. Saturados de que todo el mundo te intente vender de todo, sino por convicción, por desesperación. Absolutamente alucinados con El Cairo una ciudad en eterno atasco, congestionada noche y día 7 días a la semana. Cargados de fotos, con las que revivir y disfrutar tantos y tantos sitios que con las prisas, y el cansancio de unos días tan intensos, tal vez no hallamos podido disfrutar como corresponde.

Estos 8 intensos y estupendos días, han sido un viaje para reposar ahora en casa, mirando las 200.000 fotos de los lugares visitados empiezas a ser consciente de lo que has visto, de dónde has estado, de los siglos que te han contemplado, y que seguirán contemplando el mundo cuando tu ya no estés. Ahora que ya no estás rodeados de mareas de turistas ansiosos por verlo y fotografiarlo todo, entiendes porque, y te alegras de haber intentado llevártelo todo en el objetivo, porque es ahora, cuando realmente te das cuenta de que aunque el día era brumoso y las pirámides en Ghiza no se apreciaban tan bien como te hubiera gustado, y la lucha con los camelleros empeñados en sacarte la pasta por hacerte fotos con ellos te deja acabado, la imponenete y majestuosa forma de Keops, Kefrén y Micerinos miran el tiempo pasar desde hace más de cuarenta siglos.

Me llevo un maravilloso paseo en Faluca por el Nilo escapados del grupo y un carcadel (una bebida que hemos descubierto que esta buenísima!) en una playita del Nilo perdida de la civilización sin prisas ni vendedores.

Una visita al templo de Kom Ombo de de noche iluminado.

Ver amanecer en el lago Nasser en Abbu Simbel.

Me llevo las vistas del El Cairo desde la mezquita de Saladino.

Me llevo la simpatía de tres gallegos que conocimos en el grupo y nos hicieron el viaje muy agradable.
Las divertidas y duras negociaciones para coger taxis en El Cairo. Y sobre todo, las ganas de seguir viajando más y más.